La «Reconquista» en Bachillerato según los manuales de Historia de España

Desde el siglo XIX, la Historia se ha convertido en un instrumento clave para consolidar un sentido de identidad colectiva en diversos Estados-nación. Del mismo modo, la educación ha desempeñado un papel crucial en la transmisión de esta visión de la historia, siendo los libros de texto el material escolar más utilizado en las aulas y, a la misma vez, un recurso fundamental en este proceso. Estos manuales, influidos por los marcos historiográficos en los que se produjeron, por los currículos educativos promulgados por los distintos gobiernos y por las políticas de producción de las propias editoriales, han contribuido significativamente a la construcción de identidades nacionales, regionales e incluso transnacionales


David Vélez Peña
Universidad de Huelva


Mapas con las fases de la conquista cristiana de al-Andalus. Editorial Vicens Vives.

 

El caso español es anómalo en la actualidad dentro del contexto educativo europeo por tener en el último curso de Bachillerato una materia enfocada en la historia nacional en la que se tratan contenidos conceptuales históricos que no se limitan a la Edad Contemporánea. Por ejemplo, en Francia se ciñen durante el último curso de Bachillerato a la historia del mundo desde 1930 y, en Portugal, desde principios del siglo XX. Además, el sistema educativo español ha experimentado diversas reformas legales desde la etapa final del franquismo, entre las que se encuentran la Ley General de Educación (LGE) de 1970, la Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo de España (LOGSE) de 1990, la Ley Orgánica de Educación (LOE) de 2006, la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) de 2013 y la Ley Orgánica por la que se Modifica la Ley Orgánica de Educación (LOMLOE) de 2020, que conllevaron tanto cambios como pervivencias de algunos contenidos conceptuales históricos incluidos en los distintos currículum escolares estatales y autonómicos. 

Cubierta de un libro de texto de Historia de España publicado para Andalucía en 2021 que incluye una fotografía de la mezquita de Córdoba. Algaida Editores

La construcción del imaginario histórico español se refleja de manera particular en el caso de la enseñanza de la historia en España, donde se ha perpetuado hasta hoy día un relato identitario desde la Edad Antigua basado en el enaltecimiento de ciertas gestas míticas (Numancia, Covadonga, Navas de Tolosa…) y de sus héroes nacionales (Viriato, Pelayo, los Reyes Católicos…). Una de las temáticas centrales en dicho discurso nacional es la Reconquista, un concepto historiográfico que, considerándose tradicionalmente como la expansión de los reinos cristianos a expensas del territorio andalusí durante ocho siglos interrumpidos, ha estado arraigado en la historiografía académica y en la cultura popular. A lo largo de los años, este relato ha sido objeto de análisis y crítica por parte de historiadores y didactas de las ciencias sociales, quienes han cuestionado su validez y su enfoque sesgado. 

Estatua de Pelayo en Covadonga. Wikimedia Commons.

La Reconquista en la historiografía académica y escolar: un estado de la cuestión 

Tras la implantación de la Ley General de Educación en 1977, los libros de texto educativos de la materia de Historia de España en Bachillerato han tenido como fuentes bibliográficas o incluso han utilizado frecuentemente fragmentos de obras escritas —España: un enigma histórico (1962), entre otras— por el medievalista Claudio Sánchez-Albornoz. De ahí que su visión sobre la Reconquista, entendida como una lucha nacional que se inició con la victoria de Covadonga por parte de Pelayo en 722 y que finalizó con la entrada en Granada de los Reyes Católicos en 1492, haya perdurado en muchos manuales que se siguen utilizando a día de hoy. 

Pese a que José Antonio Maravall con su obra El concepto de España en la Edad Media (1954) tuvo cierto auge en los manuales de la materia de Geografía e Historia de España y de los países hispánicos impartida en el curso de tercero del Bachillerato Unificado Polivalente (BUP), fue perdiendo su lugar en los mismos a partir de la promulgación de la LOGSE en 1990. En dicha obra, defendía abiertamente la idea de que los árabes carecían del concepto de España, tratándose para ellos de una noción estrictamente geográfica. Mientras tanto, consideraba que para los cristianos era un concepto que “obliga”, algo que está estrechamente relacionado con la idea excluyente de al-Ándalus por parte del paradigma de la Reconquista. Por ende, la conquista de la península ibérica por los árabes era para Maravall un accidente que alteraba momentáneamente el proceso de unificación nacional, considerado como un hecho natural. 

La única perspectiva crítica con el concepto de la Reconquista recogida en varios manuales es la propuesta realizada por los historiadores Abilio Barbero y Marcelo Vigil en su libro La formación del feudalismo en la Península Ibérica (1978). Este destacaba por ser una de las primeras aproximaciones al estudio de la Edad Media peninsular sin tener la finalidad de definir aquellos factores que moldearon la esencia nacional de España, siendo a su vez crítico tanto con las ideas sobre la Edad Media peninsular defendidas por Claudio Sánchez-Albornoz como con las de Américo Castro. Su investigación se oponía al término historiográfico de la Reconquista en cuestiones relativas a las relaciones interpersonales en las sociedades de los estados peninsulares que surgieron tras la conquista islámica del año 711. Gracias a José Luis Pastor y Amelia Vadillo sabemos que, a partir de la década de 1980, la concepción y la representación de la Reconquista cambió en los libros de texto por influencia de las obras de los historiadores Abilio Barbero y Marcelo Vigil, pasando a ser un fenómeno ideológico y militar originado en el siglo XI. 

Abilio Barbero y Marcelo Vigil, La formación del feudalismo en la Península Ibérica (1978)

Por el contrario, la Reconquista ha contado con numerosos trabajos académicos bajo distintas perspectivas historiográficas durante el siglo XXI que no han sido reflejadas aún por los manuales de Primaria, Secundaria y Bachillerato. Es más, el uso de la Reconquista no presenta un claro consenso desde 1978 entre sus propios partidarios y, por otro lado, se ha producido una gran polarización académica dentro de los estudios medievales en España por existir historiadores e historiadoras que han desaprobado su utilización.  

De hecho, el análisis crítico por parte de diversos historiadores e historiadoras acerca del empleo de la noción de la Reconquista se centra de forma mayoritaria en la importancia que ha tenido al formar parte del constructo identitario español. Por ejemplo, Alejandro García Sanjuán defiende que, teniendo su máximo auge durante el Franquismo, ha seguido ligado a ciertos sectores académicos, no académicos y políticos que sustentan un acérrimo nacionalismo español. Por ello, aboga por una revisión historiográfica que evite la perpetuación de estereotipos nacionalistas, algo que ha extendido al empleo del término de “invasión” frecuentemente vinculado con la conquista islámica de la península ibérica en el año 711, los almorávides y almohades. Mientras tanto, Martín Ríos Saloma considera en su libro La Reconquista: una construcción historiográfica (siglos XVI-XIX) que el término de Reconquista no surgió durante la época medieval, por lo que nunca fue utilizado antes del siglo XVIII como denominación del proceso de conquistas de los reinos cristianos peninsulares en al-Ándalus. 

Desde el ámbito didáctico-educativo también se han realizado estudios en varios ámbitos geográficos de España que han tratado el papel que juega la Reconquista en la transmisión del discurso escolar de la nación española. Por un lado, Jorge Sáiz Serrano considera que existen pocos manuales de Educación Secundaria Obligatoria y de Bachillerato críticos con el empleo de tal término en la Comunidad Valenciana, por lo que la mayoría favorecen la continuidad de la visión tradicional, nacionalista e identitaria del proceso de expansión de los reinos cristianos y permiten la subsistencia de un tópico profundamente arraigado en el imaginario colectivo y en la cultura popular. En cambio, Ramón López Facal defiende que han ido desapareciendo algunos tópicos del nacionalismo español en los libros de texto en Galicia de Secundaria y Bachillerato como el de Pelayo y la batalla de Covadonga desde la promulgación de la Ley General de Educación (LGE) en la década de 1970 y, pese a que todas las editoriales superan la interpretación integrista católica de la Historia de España frecuente desde el siglo XIX, existe una pervivencia de viejos prejuicios y tópicos ―entre ellos, el de la Reconquista entendida como la cristalización de las peculiaridades nacionales― en textos y mapas vinculados con un nacionalismo español de índole histórico-organicista. 

Otros investigadores cuyas perspectivas acerca de la Reconquista todavía no han trascendido a los libros de texto escolares plantean la necesidad de una revisión historiográfica del concepto sobre ideas alejadas del nacionalismo español, pero son partidarios de mantener su uso. Este grupo está encabezado por Francisco García Fitz y Carlos de Ayala y, aunque muestran algunas diferencias entre ellos respecto a sus postulados sobre la Reconquista, consideran que es lícito hablar de Reconquista para referirse exclusivamente a la ideología que se forjó en los distintos reinos cristianos peninsulares durante la Edad Media con el fin de legitimar la recuperación que consideraban santa y justa de un territorio que fue arrebatado a sus antepasados por el islam. En el caso particular de Carlos de Ayala, sopesa que los propios discursos ideológicos tuvieron variaciones según el ámbito espacial y temporal concreto en el que se aplicasen, por lo que llega a mencionar la existencia de varias reconquistas. 

La Reconquista en los libros de texto del Bachillerato andaluz desde 1977  

Al ser materiales ampliamente utilizados en el proceso educativo de la mayor parte de la población, los manuales escolares deben considerarse como una fuente histórica vital para entender las pervivencias y los cambios que experimenta un término historiográfico como el de la Reconquista en la cultura popular y en la sociedad española. Varios estudios basados en el análisis de tales libros de texto que han sido usados en Primaria, Secundaria o Bachillerato ―entre los que se encuentran aquellos realizados por Jorge Sáiz y Ramón López Facal― y editados para varias comunidades autónomas de España desde la transición hasta el presente exponen que la Reconquista ha sido empleada generalmente para denominar a la expansión de los reinos cristianos sobre el territorio musulmán durante largos períodos de la Edad Media peninsular, mostrando así un trasfondo identitario y esencialista.

Cubierta que incluye a la mezquita de Córdoba con la bandera y el mapa de la actual Andalucía en un libro de texto experimental de Historia de Andalucía publicado en 1980.

Como caso ilustrativo se encuentran la mayor parte de los manuales de Historia de España publicados para el Bachillerato andaluz desde el año 1977. En ellos, se observa una variedad de enfoques dentro de la representación tradicional de la Reconquista, puesto que se muestra mayoritariamente como un proceso expansivo que carece de un claro consenso en cuanto a su delimitación cronológica. Se puede afirmar que están divididos entre aquellos que defienden que la Reconquista comienza en el siglo VIII con la batalla de Covadonga y finaliza en 1492 con la conquista de Granada por parte de los Reyes Católicos y, por otro lado, los que muestran una cierta revisión de la Reconquista enfocada hacia la excesiva durabilidad del proceso a causa del influjo historiográfico de Abilio Barbero y Marcelo Vigil. 

En realidad, este último sector de manuales andaluces de la materia de Historia de España considera que se desarrolló exclusivamente durante los siglos XI y XIII, exponiendo que desde la conquista islámica de la península ibérica en el año 711 hasta tales fechas los reinos cristianos solamente se habían expandido en zonas despobladas de los valles de los ríos Duero y Ebro ante el poder militar del emirato o del califato de Córdoba. Curiosamente, algunos incluso datan el inicio de la Reconquista a partir de unos acontecimientos históricos determinados: la muerte de Almanzor (1002), la desintegración del califato de Córdoba (1031) o la conquista de Toledo por parte del rey castellanoleonés Alfonso VI (1085). Además, normalmente argumentan que el comienzo de la Reconquista se debe a tres causas: a la inversión de fuerzas que resultó tras la desintegración del califato de Córdoba y la aparición de los reinos de taifas, a las mejoras militares de los estados cristianos peninsulares financiadas gracias a las parias pagadas por los andalusíes y, en último lugar, al surgimiento de una ideología entre los monarcas de recuperación de territorios y de cruzada frente al islam. 

A pesar de que existen pocos libros de texto de la materia de Historia de España de Bachillerato que puedan considerarse íntegramente críticos con el uso del término de la Reconquista, estos pueden distinguirse, por una parte, entre aquellos que eluden abiertamente el uso del vocablo y utilizan otros como los de “evolución política”, “conquista” “ampliación de territorios” o “expansión” y, por otra, los que paradójicamente continúan utilizándolo a la misma vez que cuestionan los componentes ideológicos que representa. Este carácter contradictorio a la hora de abordar el concepto de Reconquista suele ser habitual en los manuales que presentan ciertas críticas al mismo. Como ejemplo, cabe mencionar el caso reciente de un libro de texto que la editorial Anaya publicó en 2016 para Andalucía, pues tales discrepancias internas dentro del mismo se manifiestan al plantear una actividad en la que el alumnado debe argumentar si es procedente o no el uso del término Reconquista a través de la lectura de dos fragmentos de texto procedentes de una obra de Claudio Sánchez-Albornoz y otra de Abilio Barbero y Marcelo Vigil. Sin embargo, en las mismas páginas el manual defiende la utilización del vocablo de la Reconquista a partir del siglo XI. 

Conclusiones 

El paradigma de la Reconquista es un mito historiográfico de gran calado en los libros de texto de la materia de Historia de España y suele considerarse como la expansión de los reinos cristianos a costa del territorio andalusí. Aunque en varios aparece con la tradicional duración que abarca desde la conquista de la península ibérica por los árabes y bereberes en el año 711 hasta la de Granada por los Reyes Católicos en 1492, otros consideran que solo se produjo entre los siglos XI y XIII por el impacto que tuvieron Abilio Barbero y Marcelo Vigil en la historiografía escolar. No obstante, los manuales que abordan de una forma crítica la Reconquista han sido minoritarios. Hay algunos que directamente evitan utilizar la palabra sin ninguna explicación de la misma y la sustituyen por expresiones como “conquista” o “expansión”; en cambio, otros exponen su carácter mítico por presentar un punto de vista parcial ―el de los reinos cristianos― y tendencioso. 

Es interesante destacar que, a pesar de los avances en la historiografía académica que han cuestionado la narrativa tradicional de la Reconquista, estos nuevos enfoques aún no se reflejan plenamente en los libros de texto escolares. La persistencia de una visión simplificada y sesgada de la historia demuestra los desafíos que enfrenta el sistema educativo español en su intento por ofrecer una enseñanza más crítica y reflexiva. Aún queda mucho por hacer para superar los mitos y estereotipos arraigados en la historiografía escolar española. Solo a través de una educación histórica más rigurosa, pluralista y mayor conectada con las actuales tendencias historiográficas del ámbito académico se podrá avanzar hacia una comprensión más completa y reflexiva de la historia de la península ibérica. 

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