La familia omeya tenía más cosas en común con otras familias soberanas de religión diferente que con el resto de la población musulmana del Califato. Incluso sus esclavas eran de un tipo muy especial, pues habían recibido una educación exquisita para compartir la vida privada de los califas. Algunas de ellas estuvieron dotadas de gran inteligencia y personalidad, y llegaron a disfrutar de gran poder dentro de la corte. Esto generó la suspicacia de los autores árabes.
Conferencia de Manuela Marín dentro del Seminario sobre Al-Hakam II organizado por Casa Árabe, celebrado en Córdoba entre los días 9 y 10 de abril de 2015.
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